En ocasiones hay que disfrutar el error, sólo por corresponder al pensamiento que aflige más tarde, hay que tratar de ser mejor, aunque con temores te sientas cobarde y detrás de un par de letras prefieras ocultarte. No pedí estos contrastes, llegaron para quedarse, hoy me pierdo entre colores que me resultan inexplicables.
La vida se lleno de cambios constantes, mientras mi forma sigue igual que antes, no sabía que tenía algo malo, más la envidia de los errados, que creen que con penas ajenas se les aliviana el propio pasado, no saben que siguen igual o peor de desbastados, y que su presente es un eterno desgraciado. Mientras yo puedo esperar con alegría, en el cual el sol retorne a mis días, donde la risa era bienvenida y no una angustiosa agonía.
Son etapas, son momentos, son amigos a lo lejos, son pruebas para formar a una buena persona, que al fin sabe lo que importa sin tomar la vía más corta.
Ahora gritamos en silencio, mientras el tiempo pasa, como pasa el viento, el camino es duro e incierto, pero vale la pena incluso el sufrimiento.
Porque en algún momento se paro a mi lado, nunca nadie lo hizo de modo desinteresado, y no me di cuenta cuando me dio la mano, para no caer fuerte y a ritmo acelerado.
Ahora mira su vida y se siente afortunado, no sabe si lo merece, pero se siente entusiasmado, al fin tenía lo que muchos solo han soñado. Ser querido, ser amado, o meramente aceptado.
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