sábado, 19 de diciembre de 2009

Disfrutar el error sólo por corresponder al sentimiento que aflige más tarde, hay que tratar de ser mejor, aunque con temores te sientas cobarde.
Ni su sonido, ni su cara, menos su guitarra, fue la libertad que salía de la mano que me estiró sin verme extraña.
Es lo que se siente antes del amor, que se acaba sin palabras, no hay que pedir perdón, ni luces que adornen la retirada.
Quería la atención del artista cuando su vida a penas comenzaba, llena de luces y emoción y las manos que se alzaban.
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suelta mi maNO