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Procuré olvidar quien soy, y ahí
estuviste tú, recordando cada encontrón. Esta vez no te he mentido, sostengo el
discurso en el que te hablaba de amores apresurados y de tiempos resignados.
Se me
han acabado las palabras porque me he acabado yo. Ahora pienso que jamás nos
sacamos una fotografía y que por tanto, esto quizás no pasó. Fueron escazas,
casi inexistentes las horas en las que te llamé amor, te di mis abrazos y te
acompañé con los pasos que me dieron valor. Historia breve, sin mucha intención, no podrías imaginarte el lugar que te ganaste en un minúsculo corazón.
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Te entrego las gracias por dan
duro golpe, por tan poca fe.-
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