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Se le agarró de la cadera, hasta que la vida le dijo que ella no era sincera. En ese segundo se afirmó de donde fuera, luego la vio venirse abajo y supo que no era verdadera.
No quiso mas siquiera, que muriera en el instante donde se le hiso una cualquiera. Pero se le fue directo a las venas, y de un golpe supo que no sabría más de ella.-
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